A Safo, Sor Juana, Santa Teresa, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Elizabeth Barrett Browning, Luisa Pérez de Zambrana, Emily Dickinson, Delmira Agustini, Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Anna Ajmátova, Marina Ivánovna Tsvetáieva, Dulce María Loynaz, Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath, Fina García Marruz, Gloria Fuertes, y a otras quizás menos conocidas pero igualmente imprescindibles, el canon literario construido por el patriarcado que ha intentado silenciar.
Voces despiertas que han intentado silenciar y que hoy resuenan más fuerte.
Soy una más, una voz más de entre las miles que han intentado luchar por ser escuchadas, por ser tenidas en cuenta, por comunicar, por ofrecer parte de ellas, por luchas por la igualdad y los derechos humanos. Voces que se despiertan en el silencio impuesto por una sociedad añeja que las aleja.
Mujeres poetas que no callaron, aun clandestinamente levantaron sus plumas para gritar. Mujeres que debemos leer y conocer, que no tuvieron oportunidades ni reconocimiento alguno en sus épocas donde la censura, además de impuesta por la dictadura, impuesta por la sociedad, por sus propios, en algunos casos colegas de profesión. Hoy en día, continuamos luchando para que nuestras voces sean escuchadas, para que las voces de las que emprendieron el camino del empoderamiento sean conocidas y no veladas.
Tenemos una responsabilidad para con ellas, que no se nos olvide a todos, hombres y mujeres poetas, escritores, periodistas, locutores… Todos debemos tener las mismas oportunidades, los mismos derechos y obligaciones. Este sentimiento que es un hecho que históricamente, aunque en menor medida afortunadamente, se sigue repitiendo se contempla perfectamente en las siguientes palabras de Ileana Álvarez que dicen así:
La imagen que construye la mujer poeta se opone a los estereotipos del histerismo, o, por el contrario, el de pasividad y dulzura de la buena ama de casa que cuando cesan sus labores domésticas pergeña versitos para alejar su aburrimiento y contentar al hombre y sus amigos. Muchas grandes poetas se han hecho a la sombra, realizando cualquier oficio para sobrevivir, o escogiendo sin vocación el matrimonio o la soledad. Su tropo puede haber nacido del murmullo, debajo de la escalera, sesgada, como fantasmas, como en el caso de Emily Dickinson, pero también desde el espacio público o su justo reclamo, como hiciera la Avellaneda, a quien le fue negado su entrada a la Academia de la Lengua mereciéndola con creces. Desde una u otra posición no se ha dejado de escuchar la queja que para las mujeres reclamaba la Zambrano. Su movimiento pudiera ser el de la semilla: lento, soterrado; pero también el de la ola: con ascensos y/o descensos.
Mujeres de la generación del 27: Las SINSOMBRERO.
Seguro que conocéis a las mujeres que se hicieron llamar «Las SINSOMBRERO», y si no es así, una vez más estaríamos silenciando sus voces, ya que a los poetas masculinos de la Generación del 27 se les ha hecho un hueco en los colegios, institutos y universidades para ser conocidos. Dicha generación ha sido una de las más importantes y estudiadas en poesía de todos los tiempos, dándonos a grandes poetas y escritores. Sin embargo, ¿quién las estudia a «ellas»?
Las Sinsombrero, grandes mujeres que formaron parte de la Generación del 27, sus nombres, sin embargo, no suenan en la memoria histórica con la misma fuerza y vehemencia que la de aquellos hombres que también pertenecieron a este movimiento literario.
Josefina de la Torre
Agua clara del estanque.
Era un espejo del chopo
y alfombra verde del cielo
con reflejos de los árboles.
¡Oh si yo hubiera podido
entrar con los pies descalzos
y ser el viento en el agua
y hacer agitar el chopo!
Rosa Chacel
En el infierno había un violoncello
entre el café y el humo de pitillos
y cien aulas con libros amarillos
y nieve y sangre y barro por el suelo.
Concha Méndez
Todo, menos venir para acabarse.
Mejor rayo de luz que nunca cesa;
o gota de agua que se sube al cielo
y se devuelve al mar en las tormentas.
Ernestina de Champourcín
No fue para mí…
Ya lo suponía.
Pero sé engañarme
tan bien con mentiras
y jugar al juego
de la falsa dicha,
que a veces me olvido
-ya ves si soy niña-
que estaba jugando
a que me querías.
y muchas más como Zenobria Camprubí; Cristina de Arteaga; María Teresa León; Maruja Mallo; María Zambrano; Marga Gil Roësset…
Os invito y aquí hago reseña del libro Versos con faldas de la editorial torremozas, donde podréis continuar leyendo sobre estas maravillosas eruditas, poetas con voz y voto, con razones, con fuerza que pertenecen a nuestra memoria histórica y en ellas debe permanecer, en nuestras memorias, en nuestros corazones y en nuestras mentes. Haz que vivan en tu voz, que hablen con tu fuerza para que sus nombres resuenen alto hoy.
Poema de mi autoría, mujer, poeta que lucha por lo que muchas: La libertad de expresión, la igualdad en los derechos humanos.
MUJERES
Encarno a la madre que quiso ser padre y se quedó en el intento.
A la hermana que todo lo puede desde dentro
y ve a su hermano poder desde fuera.
A la hija autodidacta,
que ahoga su juventud entre páginas.
Bonita y linda. Intensa.
Lengua suelta.
Soltera.
¡Mujer desaprovechada
que no llegará a nada!
Por ella el pueblo en la iglesia reza.
Encarno a las mujeres que se quedaron a las puertas,
atadas al quicio de madera de cada fortaleza
que las enjaulaba.
Y aun así,
templanza.
Y aun así,
serenas.
Y aun así,
madejas de hilo fino
que trenzaban la sutileza de lo efímero.
Hilos dorados que brillaban
desde cada esquina de cada oscura casa.
Encarno a todas y cada una de las mujeres que tuvieron que apretar los labios
y dejaron su alma suelta.
Libres.
Sirenas que cantan bajo las aguas turbulentas.
Y en la noche,
cubiertas por un luto impuesto,
disfrazadas,
prediseñadas,
encorsetadas,
juegan a representar
un papel escrito por los que creían ser los tocados
por la mano impositiva de Dios.
Príncipes divinos.
Dioses de la verdad suprema.
Hoy continuamos luchando,
por aquellas a las que encarcelaron y murieron presas
de alma, mente y corazón.
Por aquellas que lo dieron todo,
por las que combatieron gritando
y por las que lidiaron en silencio,
por las que en silencio también formaron
y por las que no.
Porque todas ellas se merecen un futuro mejor.
Porque todas nos merecemos un futuro
donde dejemos de luchar por ser igual a…
Por la igualdad de la humanidad.
18/11/2020 Sandra Escudero García
Poemario "Empoétate"
