Literatura actual y premios fantasma
Hablemos de los premios fantasma… algo que levantará ampollas. Los que me conocen íntimamente saben de mi pasión por la verdad, o como suelo reconocer, “mi verdad”. Este vicio me ha llevado a granjearme muchos enemigos porque ya se sabe que la verdad, duele. En mi opinión, la mentira, mata.
Provengo del mundo docente donde todas las titulaciones que se obtienen son acreditadas por instituciones, ya sean universitarias o educativas, debidamente colegiadas, y con transparencia de méritos académicos.
Soy funcionaria de carrera y para ello tuve que pasar por un duro proceso de oposición. También poseo varias especialidades universitarias cursadas por la Universidad Nacional de Educación a Distancia ( U.N.E.D.) para las cuales fueron necesarias muchas horas de estudio y evaluaciones continuas.
Lo que estábamos comentando…
Durante la pandemia, y dado que no se podían celebrar eventos presenciales, comenzaron a surgir asociaciones pseudoculturales que ofrecían títulos de lo más rimbombante por la participación online en sus reuniones. Muchas de estas asociaciones dieron un paso más llegando a convocar, fuera de pandemia, a sus asociados en lugares emblemáticos otorgándoles títulos de académicos e incluso doctores honoris causa.
Como dijo Hipatia de Alejandría: “Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar”. Y eso hago, pensar. También en internet pululan falsos concursos en los que, si te seleccionan, tienes que pagar para ver tu poema o relato premiado en un libro que sale a precio de oro. A ver, me explico. Si una antología recoge, pongamos como ejemplo veinte relatos, y cada autor paga por un libro 20 euros solo hay que hacer una sencilla operación de multiplicar para saber a cómo sale el ejemplar.
Volviendo a las asociaciones y sus premios fantasma, opino que estos desprestigian al sector dado que no es más que una red de clientes basada en el engaño del autobombo y platillo.
El otro día, sin ir más lejos, hablando con una amiga le dije:
– ¿Quieres hacer dinero? No es ético, pero sí seguro.
Primero tienes que crear una asociación y registrarla. Después cobras una cantidad a los socios y ya puedes organizar eventos y repartir premios. Es muy difícil resistirse a ser nombrado académico, doctor honoris causa, embajador universal o de la galaxia. Según mi pensamiento, estos títulos son fantasmas porque no tienen cuerpo, son globos de helio. En el tema de la literatura, los únicos premios válidos son los que otorgan los lectores, ya que hasta los galardones más importantes como el Premio Planeta están contaminados por lo comercial.
¿Y tú? ¿Qué opinas?
En lo que a mí respecta, solo aspiro a instalarme en un huequecito del corazón de un lector actual o de aquel, que cuando yo ya no esté, me descubra en un mercado de ocasión o de libros al peso, suponiendo que la gente siga leyendo en papel.